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Congelar para no desperdiciar

03.09.2020

  • Tips
Te cuento por qué es bueno congelar y algunos tips que te ayudarán a hacerlo
Esta mañana, una buena amiga a la que no veía hace mucho, me invitó a almorzar a su casa. Ella siempre fue muy ordenada, por lo que no me sorprendió que tuviera en el congelador todos los alimentos que necesitaba para cocinar, perfectamente cortados y almacenados. Me contó que tiene la costumbre de congelar todo lo que necesita para el menú de 15 días, y así no pierde tiempo yendo a hacer las compras todos los días.

¿Por qué es bueno congelar?
Así como a ella, congelar te simplificará la vida. Además, es una excelente manera de ahorrar tiempo y dinero. Puedes comprar alimentos al por mayor, congelarlos en porciones, y descongelar la cantidad que necesites cuando lo necesites. Algunos alimentos se pueden mantener en buenas condiciones durante mucho tiempo. Puedes congelar también la comida ya hecha. Lo que sobró del almuerzo o cena, por ejemplo. ¡Así no desperdiciarás nada!
 
Recomendaciones para congelar:
  1. Es conveniente poner a congelar los alimentos en pequeñas cantidades y en cada paquete apuntar el contenido y la fecha, para tener todo bajo control.
  2. El proceso de descongelación varía según el alimento. Lo más recomendable es que los pongas a descongelar dentro del refrigerador, o sea, en la parte de abajo.
  3. Descongela únicamente la cantidad de alimento que vas a consumir, porque una vez descongelado no se puede volver a congelar.
  4. Nunca vuelvas a congelar una carne después de haberla descongelado. Puedes correr el riego de intoxicarte.
  5. Hay algunos alimentos que siempre se deben consumir frescos, pues pierden su sabor y consistencia al ser descongelados.
Alimentos que puedes congelar:
  • Vegetales: Seguro te ha pasado más de una vez que, después de cocinar, te ha sobrado un poco de algún vegetal y de ahí se queda en el refrigerador durante tantos días que termina por malograrse. Para que no te vuelva a pasar, cuando sepas que no lo vas a usar pronto ¡congélalo!  Puedes congelar espinaca, ají, arvejas, brócoli, zanahoria, cebolla y mucho más. En el caso de los ajíes y las cebollas, puedes picarlos o cortarlos en rodajas y guardarlos dentro de bolsas plásticas. Esto los mantendrá frescos y listos para usarlos en las recetas que quieras.
  • Frutas: La fruta congelada es perfecta para hacer postres, jugos y helados. Lo más recomendable es echarlas así a la batidora o a la licuadora, sin descongelarlas. ¿La razón? Como muchas frutas tienen gran cantidad de agua, al descongelarlas cambian de textura y de sabor.
    Para congelar las frutas: lávalas bien y córtalas en trozos pequeños, que queden listas para consumir. Antes de meterlas a la congeladora, asegúrate de que no tengan agua, porque se convertirán en escarcha. Puedes guardarlas en tapers o bolsas, pero evita amontonarlas sino se pegarán. Si vas a congelar cítricos, quítales la cáscara y sepáralos en gajos.
  • Carnes y mariscos: La mayoría de las carnes se pueden congelar. Pechugas de pollo o pavo, filetes de pescado, chuletas de cerdo, bifes, mariscos, jamón, etc. pueden mantenerse así de uno a seis meses. La frescura de la carne literalmente se queda congelada, así que cuanto más fresca esté al congelarla, más fresca estará al descongelarla. Cuando vayas a preparar algo con ella, asegúrate de descongelarla bien antes de cocinar.
 
Alimentos que no deben congelarse:
  • El pescado cocido nunca debe congelarse. Puedes hacerlo solo si antes lo envasas al vacío, porque si el empaque en el que lo guardas contiene aire, al congelarlo absorberá la humedad y se ablandará.
     
  • Los huevos pueden congelarse siempre y cuando estén sin cáscara. La clara del huevo es la parte que mejor responde a la congelación. Si preparas algún plato que solo necesite las yemas, puedes congelar las claras para que otro día prepares otra cosa. Merengue, por ejemplo.
     
  • Los productos lácteos como la crema chantilly y la mayonesa no se congelan bien debido a su alto contenido graso. Cuando se congelan, la grasa se separa del agua y esto altera su textura.
  • Cuando se congelan alimentos líquidos como caldos, sopas, purés, etc. y guisos, lo sólido se separa de lo líquido.  La parte con más grasa se va al fondo y se forma una masa solida. Cuando se descongelan, no siempre quedan con el mismo sabor.
  • Los pasteles pierden textura y consistencia en el proceso de descongelamiento. Su aroma y sabor cambian, por lo que es preferible consumirlos frescos o guardarlos en el refrigerador durante unos días, pero no en el congelador.